Finanzas

¿Cómo hacer informes financieros personalizados y actualizados?

informes financieros personalizados
Una de las herramientas más importantes — si no la que más — para garantizar el buen «estado de salud» de una empresa u organización es el informe financiero. Por esto mismo, el proceso de elaboración de informes financieros debe cuidarse al detalle para, con independencia de la situación, disponer de información actualizada y fiable, carente de errores y, sobre todo, útil para el departamento financiero y para el resto de esferas ejecutivas. Debido a las características de la digitalización progresiva de las empresas, contar con un programa de administración financiera de garantía puede ahorrar, cuando no evitar, no pocos problemas.
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Pero, ¿qué es un informe financiero?, ¿qué tipos existen?

Aunque pueda parecer algo básico, es importante tener claro el concepto de informe financiero, así como las diferentes tipologías de esta herramienta de gestión contable y también para qué sirve un informe financiero. En esencia, cualquier informe financiero es un documento que recoge, con distinto grado de profundidad, detalle y orientación práctica, un conjunto de información que da cuenta del estado de las finanzas de una empresa y organización en un momento dado.

El objetivo del informe financiero puede ser informativo o resolutivo, es decir, puede plasmar una situación financiera concreta a través de los datos o bien incitar a una serie de acciones necesarias a la vista de la información proporcionada por esos datos. Basándose en esta definición general, podemos distinguir distintos tipos de informes financieros:

  • Flujo de efectivo
  • Cuenta/Estado de resultados
  • Evolución del patrimonio neto
  • Inversiones
  • Balance financiero general

¿Cómo se elabora un informe financiero?

Aunque puede haber diferencias y matices de carácter menor, a la hora de saber cómo hacer informes financieros, los pasos elementales suelen ser compartidos por todas las empresas, en cuanto a la metodología básica. Así, el primer paso es la recopilación de información, esto es, todos los registros financieros de la empresa incluyendo activos, pasivos no cancelados, cuentas por percibir, etc. El siguiente estadio o fase de la elaboración de un informe financiero es la organización de los datos recogidos, es decir, la diferenciación entre activos y pasivos; aquí se incluyen inmuebles, participaciones, deudas de clientes y demás. En caso necesario se subdividirá esta información en las secciones necesarias, en función del tipo de empresa.

La última fase es la presentación sistemática de la información, que ya está ordenada de forma correspondiente. Basándose en esta presentación de datos se pueden comparar activos y pasivos, para definir gastos e ingresos. Sumando activos e ingresos netos reflejados en el informe financiero podremos saber cuál es el estado financiero real de la empresa y organización. El informe financiero debe poder mostrar, de un solo golpe de vista y con claridad:

  • Liquidez
  • Deuda
  • Rentabilidad
  • Gestión financiera de la empresa

¿Cómo hacer informes financieros en la era digital?

Toda la información necesaria para la elaboración de un informe financiero ha ganado en volumen y complejidad, debido al proceso de tecnificación y digitalización de todas las empresas. Los flujos de datos son mayores pero no por ello menos necesarios para mantener los flujos operativos bien «engrasados» en todos los departamentos y secciones de la organización.

Disponer de un programa de gestión financiera, garantiza un considerable ahorro de tiempo — ya que se automatizan muchos procesos —, una información actualizada con un control total del flujo de caja y el rendimiento, la posibilidad de acometer procesos flexibles o sujetos a cambios sin perder información, la habilidad de establecer dinámicas de colaboración entre departamentos o personas, la gestión centralizada de datos maestros o la elaboración de informes con previsiones futuras basadas en tendencias y análisis algorítmicos, lo que facilita a su vez la toma de decisiones estratégicas.

Disponer de este tipo de herramientas facilita, además, las labores — siempre críticas — de auditoría y control externo por parte de terceros, así como el cumplimiento de determinados requisitos legales y económicos a nivel internacional, si la empresa opera globalmente.

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